Una noche desperté en la madrugada, todo desesperado quise saber que era lo que tenía, me sentía raro y todo se veía muy diferente, así que, salí corriendo de mi habitación sin siquiera abrir la puerta, atravesé el muro de la sala hasta llegar al árbol que esta en el patio y me pare junto al perro que me miro desconcertadamente, quiso ladrarme pero se trago el ladrido y se metió a su casa como espantado. Así estuve un rato parado cerca de aquel árbol de pirul mientras llovía y las gotas atravesaban mi cuerpo y yo seguía sin comprender lo que sucedía, se me ocurrió levantar la mirada y ver las nubes para saber que tanto mas llovería, pero no había nubes, el cielo estaba despejado y las estrellas brillaban como nunca; baje inmediatamente la vista y vi que ya no solo llovía, también comenzaba a caer granizo, no supe que pensar, acaso ¿habría enloquecido, estaba soñando? Comenzaba a sentir mucho frió y decidí que tenía que regresar a la cama; así que volví sobre mis pasos.
Al entrar en mi habitación vi que había un bulto tendido sobre mi cama, - No puede ser-
Me decía, - ¿Quién demonios se ha venido a meter en mi ausencia?- simplemente no me lo podía explicar, me acerque lentamente tratando de no hacer ruido y justo cuando iba a levantar la cobija para mirar su rostro, se encendieron las luces del cuarto, sentí que el corazón se me había encogido y había corrido hacia mi garganta para escapar.
Parado, todo inmóvil y temblando de frió, quise voltear para ver quien habría prendido las luces pero al intentar mover la cabeza, una fuerza que jamás había sentido y aun ahora no me puedo explicar comenzó a jalarme en dirección a la pintura que tenía y que yo mismo plasmara unos meses atrás, a un costado de mi cama, sentí que la imagen me tragaba y literalmente lo estaba haciendo, me estire para tratar de ver quien descansaba tan tranquilamente en mi cama mientras a mi una loca pintura me estaba devorando; como pude jale la cobija - ¡Dios mío!- era yo, o mas bien mi cuerpo allí tendido sin vida, porque la vida era yo, y estaba yendo a no se donde, me defendí, grité, golpee, me aferré a cuanto pude, finalmente vi tu rostro dibujado en las sabanas, y tu voz me decía - No te vayas, aun no te puedes irte- Era obvio que no quería irme de este mundo, no sin antes despedirme de ti, imploré, recé, suplique a cuantos dioses y demonios se me vinieron a la mente, pero no obtenía ni una sola respuesta, entonces, cerré los ojos y muy suavemente dije - Te Amo- y me solté de todo y viaje durante un largo rato por un túnel de luz, primero a gran velocidad después fue disminuyendo poco a poco hasta que quede flotando y las luces se apagaron y escuchaba unas voces que decían - ¿de que murió?- y otra respondía - Veneno, una dosis pequeña, pero no la soporto, además no sufrió, solo se durmió y no sintió nada mas, que afortunados son algunos, él por ejemplo, no tuvo que experimentar el sabor amargo y el cerebro estallando de algún otro veneno- a lo que el otro añadió - Un sueño, solo un sueño, como la vida, ¿no te parece? -.
Después vino el silencio. Silencio y oscuridad, poco rato después comencé a oír llantos, algunos se me hacían conocidos, podía sentir toda aquella tristeza concentrada a mi alrededor, despacio me fui incorporando, parecía que iba en una lancha por la manera como se movía (lo que pensaba era mi cama), era como ir con la corriente de un rió subiendo y bajando por sus pequeñas olas que lloraban al verme pasar, de súbito un fuerte estremecimiento en el pecho, abro los ojos de par en par y todo estaba oscuro y muy estrecho. Furioso por ese despertar tan repentino doy una patada lo más fuerte que puedo hacia enfrente y parece que llegue a una caída de agua porque voy en descenso rápido.
Se abrió la caja, todavía seguía mirando muy atentamente a todos lados -Cuanta gente y cuanta luz-. Luego me desmayé y desperté otra vez en mi cama de siempre pero no se porqué muchos vienen a verme y preguntan como sigo, si yo ayer me acosté a mi hora acostumbrada y hoy despierto a la misma hora de siempre, lo único que se es que tuve un mal sueño.
FIN.
Al entrar en mi habitación vi que había un bulto tendido sobre mi cama, - No puede ser-
Me decía, - ¿Quién demonios se ha venido a meter en mi ausencia?- simplemente no me lo podía explicar, me acerque lentamente tratando de no hacer ruido y justo cuando iba a levantar la cobija para mirar su rostro, se encendieron las luces del cuarto, sentí que el corazón se me había encogido y había corrido hacia mi garganta para escapar.
Parado, todo inmóvil y temblando de frió, quise voltear para ver quien habría prendido las luces pero al intentar mover la cabeza, una fuerza que jamás había sentido y aun ahora no me puedo explicar comenzó a jalarme en dirección a la pintura que tenía y que yo mismo plasmara unos meses atrás, a un costado de mi cama, sentí que la imagen me tragaba y literalmente lo estaba haciendo, me estire para tratar de ver quien descansaba tan tranquilamente en mi cama mientras a mi una loca pintura me estaba devorando; como pude jale la cobija - ¡Dios mío!- era yo, o mas bien mi cuerpo allí tendido sin vida, porque la vida era yo, y estaba yendo a no se donde, me defendí, grité, golpee, me aferré a cuanto pude, finalmente vi tu rostro dibujado en las sabanas, y tu voz me decía - No te vayas, aun no te puedes irte- Era obvio que no quería irme de este mundo, no sin antes despedirme de ti, imploré, recé, suplique a cuantos dioses y demonios se me vinieron a la mente, pero no obtenía ni una sola respuesta, entonces, cerré los ojos y muy suavemente dije - Te Amo- y me solté de todo y viaje durante un largo rato por un túnel de luz, primero a gran velocidad después fue disminuyendo poco a poco hasta que quede flotando y las luces se apagaron y escuchaba unas voces que decían - ¿de que murió?- y otra respondía - Veneno, una dosis pequeña, pero no la soporto, además no sufrió, solo se durmió y no sintió nada mas, que afortunados son algunos, él por ejemplo, no tuvo que experimentar el sabor amargo y el cerebro estallando de algún otro veneno- a lo que el otro añadió - Un sueño, solo un sueño, como la vida, ¿no te parece? -.
Después vino el silencio. Silencio y oscuridad, poco rato después comencé a oír llantos, algunos se me hacían conocidos, podía sentir toda aquella tristeza concentrada a mi alrededor, despacio me fui incorporando, parecía que iba en una lancha por la manera como se movía (lo que pensaba era mi cama), era como ir con la corriente de un rió subiendo y bajando por sus pequeñas olas que lloraban al verme pasar, de súbito un fuerte estremecimiento en el pecho, abro los ojos de par en par y todo estaba oscuro y muy estrecho. Furioso por ese despertar tan repentino doy una patada lo más fuerte que puedo hacia enfrente y parece que llegue a una caída de agua porque voy en descenso rápido.
Se abrió la caja, todavía seguía mirando muy atentamente a todos lados -Cuanta gente y cuanta luz-. Luego me desmayé y desperté otra vez en mi cama de siempre pero no se porqué muchos vienen a verme y preguntan como sigo, si yo ayer me acosté a mi hora acostumbrada y hoy despierto a la misma hora de siempre, lo único que se es que tuve un mal sueño.
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