Abismo Blanco

Espero que sea tu voz la que escucho,
esa que se acerca con pasos inseguros,
moviendo el aire cuidadosamente
antes de avanzar un poco,
deslizando esos pequeños pies
como si caminaras en hielo,

Dime que ese delicado sonido
no es tu llanto, que rompe cristales
del silencio.

Dime que no es por locura que
te oigo siempre acercándote,
que estas paredes blancas
del sanatorio no guardan
el recuerdo de tu bello rostro,
que los gritos de los demás
enfermos no son el eco de tu
delicada voz.

Querida hija mía,
¿Puedes leer en mis ojos aturdidos
esa palabra que por las noches
siempre te hacia dormir tranquila?
Aunque ya no haya expresión alguna
en mi rostro, recuerda siempre,
que hubo una vez en esta vida,
en que fuimos felices.

¿Por qué tenía que perder la razón?
no entiendo lo que sucedió,
apenas llego la noche y no supe
de mi, solo sentí mucho miedo
y corrí, hasta que encontré a
esas jóvenes jugando en el callejón.

- ¿Por qué estrangularlas?- preguntó el juez.

Alguien robo mi pequeña planta,
la tomaron de mi ventana
que da a la calle, sí, esa misma
esa planta guarda mi espíritu
y me la robaron.

Luego vi a esas pequeñas
intercambiando flores entre ellas
riendo; no lo pude soportar,
recuerdo la oscuridad cubrió mis ojos
y para cuando volví a ver, ya estaba
en prisión.

Donde dicen, que mordí a un guardia
y le arranque la nariz;
como saber que no son mentiras
las que me dicen esos hombres
de bata blanca.

¿lo sabes?

Dime que no es tu voz la que ya se aleja,
esa que suena con odio y rencor,
dime que no son esas tus pisadas,
las que retumban por los corredores,
dime que esas jeringas no son
para envenenarme más,
solo dímelo una vez,
antes de que te pierda por completo
y me pierda por completo,
en este abismo pintado de blanco.